Ya no (Idea Vilariño)



Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.


“Ya no” —que en algunas publicaciones figura como “Ya no será”, tomando el primer verso como título— se añade a una reedición de Poemas de amor (1957), que Idea Vilariño dedicó a Juan Carlos Onetti; a su vez, él le había consagrado la novela Los adioses (1955).

 En una mítica entrevista a Idea Vilariño realizada por María Esther Gilio, la periodista se interesa por la relación entre poeta y narrador. Reproducimos un extenso fragmento en el que le pregunta por Onetti:

«(…) Yo pienso en tu poema “Ya no” donde parecés dolerte de no saber cómo habría sido estar juntos, quererse, estar. La pregunta es en definitiva, ¿querrías haber armado con él una pareja, compartir la vida de todos los días?
»—Yo no digo ahí que querría eso, sino que eso no podría ser.

»Él dijo en una entrevista que estaba enamorado de ti, pero que nunca sintió que tú estuvieras enamorada de él.
»—Sí, sí, ya lo sé. El me lo dijo a mí muchas veces. Cuando eso apareció en la entrevista que tú le hiciste y publicó la revista Brecha, me llamaron de todas partes para preguntarme. Yo me enojaba mucho con él cuando decía que no sentía que estuviera enamorada. “Con la cabeza lo entiendo, pero con esto no”, decía él y se tocaba el corazón.

»¿Por qué pensás que no creía en tu enamoramiento?
»—Porque yo muy a menudo decía “no”.

»Y para él no hay amor sin sumisión.
»—Seguramente. Pero yo no tenía más remedio que decir no, salvo que estuviera dispuesta a dejar que me pisara la cabeza. Pero además, no se trataba sólo de amor. Era la manera de vivir. Nosotros nos contábamos todo, hablábamos de todo lo que nos pasaba, de lo que pensábamos y sentíamos con total libertad. Sin miramientos ni escrúpulos. Eso era algo que hacíamos bien, pero compartir la vida... Habría sido muy difícil. Yo no debí haberme enamorado nunca de Onetti. Era el último hombre que tenía que haberme gustado. Eramos dos personas absolutamente contradictorias.

»¿Pero habrías escrito los poemas de amor que escribiste?
»—Eso, quién puede saberlo.»

FUENTE: https://www.estandarte.com/noticias/varios/ya-no-de-idea-vilarino_3829.html

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

"Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj" (Julio Cortázar)